Historia de nuestra Floristería en Oviedo
La historia de la Flor de Cervantes podría ser la trama perfecta para una película de época. Aquellos años 50, en el que una de las protagonistas es Ramira, mujer fuerte y con iniciativa que comenzó a vender flores en el mercado del Fontán de Oviedo. “Empezó por amor y necesidad”, comenta Manuel, el único de los 3 hijos de Ramira que se dedicó por entero a las flores desde que era solo un niño.
Una floristería histórica en Oviedo
En el año 56, Ramira y su marido Agustín compraron el maravilloso local que es, hasta el día de hoy, La Flor de Cervantes, inaugurando sin preverlo una floristería histórica en Oviedo y marcando así el comienzo de una nueva era floral en la ciudad.
La barbería de Agustín
Pensando en rentabilizar el espacio y el negocio, en la zona acristalada de la bonita fachada, montaron la barbería de Agustín y el resto de la tienda estaba perfumada por las flores de Ramira, quien montó su personal floristería trabajando duramente en aquellos años complicados para la mujer de la época.
Un negocio familiar
Cuando Agustín se jubiló, la barbería también cesó su actividad y los pétalos ganaron la partida a las cuchillas. La Flor de Cervantes comenzó entonces su andadura como floristería únicamente, empezando así un negocio familiar que fué pasando de generación en generación.
La Flor de Cervantes
De Ramira a su hijo Manuel y de Manuel a su hija Cova, así fueron pasando casi 70 años y la floristería La Flor de Cervantes continúa imponente ahí, en esa misma esquina, con su hermosa fachada acristalada y sus flores frescas, aromatizando la calle Cervantes de Oviedo.
Ahora es Cova quien está al frente de La Flor de Cervantes desde hace más de 20 años y según dice, tiene la esperanza de que alguno de sus hijos continúe con el legado familiar para no perder el perfume y la esencia de este negocio con tanta historia.